* Randall Alvarez, Perfiles en ESPN.

Su padre y entrenador don Félix, o “Papá Trinidad” como cariñosamente llegó a ser conocido en el mundo del boxeo, fue campeón pluma de Puerto Rico cuando el pequeño “Tito” daba sus primeros pasitos.

No hace falta descifrar de dónde proviene ese espíritu guerrero y luchador que siempre ha caracterizado a Tito. Sin embargo, detrás de esa imagen de fulminante noqueador y feroz león entre las cuerdas, se esconde un hombre de gran calidad humana y humildad para regalar.

Eso lo logré comprobar cuando Tito me recibió amenamente en la Isla del Encanto.

Nos sentamos a conversar ya al atardecer pues con sus nuevos proyectos de promotor discográfico había tenido un día de mucho ajetreo con la grabación de un vídeo musical en el que él tendría participación. Por cierto para hacer esa historia corta, se presentaron algunos contratiempos técnicos en su gimnasio por lo que dicha grabación se demoró varias horas.

Pero no hay bien que por mal no venga y ese tiempo fue valioso para este servidor pues pude empaparme aún más del entorno en el que se mueve Félix después de retirado del boxeo y la relación que lleva con todos sus allegados. Todos lo quieren, no por su nombre o por el Hummer en que andaba sino porque es una persona genuina como pocas en el deporte.

Finalmente nos pudimos sentar un poco más tranquilos a conversar.

Comenzamos como dicen por ahí redundantemente “por el principio”.
¿A qué edad comenzó a boxear?  ¿Cómo era de niño, estudioso o le gustaba más bien meterse en problemas y pleitos?

Así fui descubriendo los orígenes de este gran campeón contados por él mismo. Era más fácil cada vez entender como había madurado a tan corta edad para lidiar con tanta presión sobre sus hombros. Hay que recordar que cuando Tito apareció, se convirtió en el mejor boxeador aficionado en la historia de la Isla, y en su máxima esperanza.

El pueblo tenía razón. Y sigue teniéndola porque aunque su campeón esté retirado el cariño del pueblo para con él es incondicional en todo momento y es algo realmente impresionante. Un pueblo que está eternamente agradecido con él por lo que hizo y porque ante todo siempre lleva a cada puertorriqueño en su corazón.

Ese es el secreto de su inmortalidad; le sale del alma, se desborda de emoción al hablar de eso y a veces ni encuentra palabras para expresar el amor que le tiene a su bandera y a su gente. Por eso es que la falta de respeto de Bernard Hopkins hacia la bandera puertorriqueña es algo que Tito no olvidará, es cierto que Hopkins se disculpó y le echaron tierra al asunto pero “hay cosas que se perdonan mas no se olvidan”…

A propósito de su pelea con Hopkins, ciertamente hubo muchos factores que sacaron a Tito fuera de concentración para ese combate, y él sabe que su mente no estaba en forma total en el cuadrilátero ese 29 de septiembre... Tema delicado pero Tito, con la misma casta de campeón, me dejó entrar en su mente para revisar esos difíciles momentos que terminarían deparándole la única mancha de su carrera.

Lo bueno es que siempre queda una enseñanza de todo lo negativo.

Obviamente también hablamos mucho acerca de su pelea más importante, contra Oscar de la Hoya. En lo personal, para mí también fue muy importante el tema pues yo había hablado en su momento con Oscar y ahora tenía finalmente la otra versión de los hechos frente a mí. Claro difieren ampliamente en lo que paso.

Lo que sí es una idea que créanme, sigue viva y no solo en mi mente, es la idea de volver a verlos pelear en lo que sería sin duda la pelea más taquillera hasta la fecha. No tengo 'bola de cristal' ni nada por el estilo pero más que un deseo, creo que es algo muy factible para un futuro, digan lo que digan.

Dos peleadores tan distintos pero a la vez con muchas similitudes que han llevado sus respectivas vidas dentro y fuera del cuadrilátero en forma paralela.

Y lo más curioso e irónico de todo esto es que ahora que Oscar vive con su esposa Millie Corretjer en Río Piedras, son vecinos y literalmente están a un par de minutos el uno del otro. Lo que es la vida...

Bueno, la vida de Tito hoy en día es afianzar sus intereses empresariales en la música -hasta canta un poco- y claro, dedicarle más tiempo a sus tesoros, las pequeñas Ashley Nicole, Leysha y Alondra.

Ciertamente, de la bella Isla del Encanto han salido grandes campeones como Sixto Escobar, Wilfredo Gómez, Wilfredo Benítez, Esteban de Jesús, y la lista sigue pero no todos ellos han mantenido una imagen limpia dentro y fuera del boxeo como lo ha hecho Félix Trinidad.

Un verdadero ejemplo de mente sana y cuerpo sano.

Por eso, para muchos él es el máximo campeón que ha dado Puerto Rico.

En fin, mi conversación con el gran campeón fue muy amena. Con su espíritu alegre y humilde, Tito me abrió su mundo y lo pude notar en su mirada sincera durante toda la entrevista, y se lo agradezco porque pude comprobar las cualidades humanas que posee y que lo llevaron a ser el mejor boxeador del planeta en su momento y que hoy lo hacen una leyenda y un gran ser humano.

Un campeón de todos los tiempos cuya imagen y grandeza parecen crecer más después de su retiro.

Un hombre que llevará por siempre el boxeo en su sangre...

Y no tiene que hacer nada más porque ya es un inmortal del deporte…

* Randall Alvarez, Perfiles en ESPN.