Finalmente llega el tan anticipado partido y del que tanto se ha hablado desde el inicio del campeonato entre Milan y Juventus.
Desde la pretemporada se sabía que al quedar programado este duelo para la 35ª jornada, quedaba marcada la posibilidad de un duelo directo por la definición del Scudetto, pues ambos entraban como claros favoritos al título.
* Randall Álvarez, Serie A en ESPN.
Es un gran momento para este enfrentamiento entre los máximos representantes del fútbol italiano de la actualidad que se han mantenido codo a codo durante un par de meses.
Si bien, éste no es el histórico Derbi d’Italia, sí es el Derbi moderno del Calcio.
Ambos equipos ilustran a la perfección la idiosincrasia del fútbol italiano, la disciplina táctica, la función ofensiva partiendo de una buena base defensiva, y el concepto de la eficiencia en el fútbol moderno: lograr resultados sea como sea.
Con esto, quiero decir que si bien Milan y Juventus pueden y saben deleitar con su fútbol, no siempre optan por darle al público un espectáculo sino que su objetivo primordial es lograr el resultado que necesiten, llámese esto fútbol amargo o fútbol inteligente.
Depende del ojo que lo vea…
A cuatro fechas del final del campeonato la historia de ambos equipos es un tanto distinta fuera de la tabla de puntos.
Juventus dijo adiós en cuartos de final de la UEFA Champions League a su sueño europeo mientras que Milan llega en una nube luego de haber asegurado en forma dramática su boleto a la gran final continental.
Claro, también hay que mencionar el otro lado de la moneda que da cuenta del desgaste que acarrean los rossoneros después de dejarlo todo en Eindhoven cuatro días antes.
La situación del vestuario bianconero no ha sido la mejor últimamente.
Desde las polémicas por la suspensión de Zlatan Ibrahimovic y el inocente vídeo de Fabio Cannavaro, hasta las recientes lesiones que han acosado a algunas de las figuras claves del equipo como Emerson, Zebina y Trezeguet, el cuadro turinés pone a prueba su gran carácter en un momento crucial.
Don Fabio Capello ha tenido que enfrentar esos fantasmas que han complicado un poco su plan maestro.
Es cierto que reagrupó la envejecida defensa del año pasado -que permitió goles en cifra récord-, sin embargo su hombre de confianza Emerson, a quien don Fabio se trajo de la Roma para tapar el agujero frente a la última línea, ha sentido el largo trajín de la temporada y aún no se sacude una necia molestia muscular que lo ha marginado en algunos partidos y que sugiere cierta incertidumbre en cuanto a su verdadera condición física para las últimas fechas.
Juventus cuenta con otros tres contenciones de lujo, sin embargo, no pudo encontrar en toda la temporada la forma de reemplazar al brasileño, ni con Appiah, ni con Tacchinardi, ni con Blasi –aunque éste se convirtió en su socio ideal.
A nivel ofensivo, otra pesadilla: el capitán Alex Del Piero parece no perdonar al técnico por haberle herido sus sentimientos –por no decir ego- y su producción ha tenido tantos altibajos como los Alpes, aunque aún así suma 12 goles.
David Trézéguet ha brillado por su ausencia debido a lesiones aunque parece recuperarse a tiempo para contribuir en el momento clave. De hacerlo, posiblemente quedarían en el olvido sus penas.
La gran baja es la del sueco Ibrahimovic, a quien no pudo salvar Juventus de la suspensión por más que apeló y seguramente que echará de menos al autor de 15 tantos esta campaña.
Por su parte, el campamento milanista, que también se ha visto afectado por lo de las lesiones, llega a este tramo final con algunas buenas noticias como es la recuperación de prácticamente todos sus delanteros.
Frente a Juventus Ancelotti guardará otra vez el “arbolito de Navidad” que se reserva para ocasiones de mayor cautela. Así, posiblemente Crespo acompañe a Sheva en el ataque, aunque también tienen a disposición a Tomasson e inclusive a Pippo Inzaghi.
Más atrás don Carletto también parece haber recuperado a “su Emerson”, que aquí cambia de nombre y se llama Andrea Pirlo para que conduzca con licencia la medular, con el apoyo de Seedorf, Kaká y un comodín como Ambrosini que hasta el lujo se ha dado de poner al equipo en la final europea con su gol ante el PSV.
Será también un interesante duelo de técnicos que enfrentan a viejos conocidos.
Quizás con algo más de desafío llegue Fabio Capello pues regresa al hogar donde tantas alegrías y éxitos cosechó pero donde aún no ha podido ganar desde que se fue.
Más nivelados no podían llegar Milan y Juventus a este partido.
Con récords idénticos, y muy similares en cuanto a goles anotados (57 y 58) y goles permitidos (21 y 23) respectivamente, y aunque los factores internos de cada campamento son algo distintos, este partido no deja de ser uno entre Milan y Juventus, los mismos que se enfrascaron en la final de la Champions 2003 en un opaco empate (0-0) que volvieron a repetir en diciembre pasado en Turín.
Los números a veces quedan en la pizarra, y lo que verdaderamente cuenta a estas alturas de una dura temporada es el nivel de motivación que queda y el volumen del banco de cada equipo.
En este apartado veo mucho mejor al Milan que en mi opinión tiene los hombres necesarios para llevarse el doblete de trofeos.
¡Ah, y una gran motivación sería asegurarse no ir a desempates con Juventus y poder concentrar sus energías en la final de la Champions!
Se habla mucho de este partido como el definidor del campeonato.
Queda por ver si el Milan no quiere alargar más su temporada y saca ventaja, o si Juventus cae en razón de que esta es su gran oportunidad para salvar su temporada.
Sin embargo, no se extrañen si después del domingo, queda alguna cuenta pendiente entre estos dos que deberá saldarse más allá de las 38 jornadas...
* Randall Alvarez, Serie A en ESPN.