En el campeonato de Serie A, el Milan está a dos puntos del líder.
Su situación en la Champions League, a pesar de la derrota en Eindhoven, no es del todo mala.
En pocas palabras, el equipo rossonero no está en crisis, sin embargo, ya suenan vientos de cambio en el banquillo.
* Randall Álvarez, Serie A en ESPN.
Carletto Ancelotti, una querida figura rossonera, sabe mejor que nadie como funciona esto del banco en su club y en Italia, donde se cree mucho en los ciclos –no muy largos- de los técnicos en los equipos.
Después de dirigir a equipos con los que acarició el éxito sin poder asegurarlo (dos veces subcampeón con Juventus y una con Parma), en el 2001 su llegada al club con el que vivió sus más grandes éxitos como jugador, depararía un matrimonio inmediato que vio sus frutos con una Champions y una Copa Italia en el 2003, y un Scudetto al año siguiente.
Sin embargo, ya la temporada pasada defraudó al siempre exigente y perfeccionista Silvio Berlusconi: otro subcampeonato en serie A, y en especial, la dolorosa forma de dejar escapar la Champions de Estambul parecieron marcarle el inicio del camino hacia afuera.
Ahora, mientras aún no se habla de despidos, ni renuncias, ni acuerdos de buena voluntad, se puede anticipar que los días de Ancelotti en el campamento milanista han iniciado su cuenta regresiva.
Surge entonces la inevitable pregunta de quién es el sustituto ideal.
El factor más importante dentro del perfil de los posibles sustitutos es el conocimiento de “la casa”.
Debe ser alguien que conozca casi a la perfección el sistema y la filosofía milanista, alguien que haya vivido de cerca alguna época del Milan, preferiblemente reciente por aquello de las ideas frescas en un fútbol tan cambiante como el de hoy.
Podemos deducir entonces, que el próximo técnico saldrá del grupo que logró todo a finales de los 80s y principios de los 90s.
Estos son los posibles candidatos, todos ellos menores que Ancelotti.
Marco van Basten
Es, sin duda, una de las figuras más veneradas e idolatradas de la historia milanista y ahora quizá el primero en la lista de candidatos.
Y es que su llegada al equipo lombardo junto a Gullit y Rijkaard después de alcanzar la gloria en la Eurocopa del ’88 significó el resurgimiento del Milan.
Allí, el frío definidor se consolidó como el delantero más temido de su época.
Su prematuro retiro por lesión en 1992 enalteció su imagen pues atravesaba quizá por su mejor momento futbolístico.
Van Basten oficialmente se fue del Milan en 1995 y desde entonces su nombre se ha mantenido ligado al código de ideales del equipo.
A pesar de que juró no convertirse en entrenador, Marco obtuvo su licencia de técnico de la Federación Holandesa y después de trabajar con la afamada Academia De Toekomst (Del Futuro) del Ajax, en julio del 2004, fue nombrado técnico de la selección holandesa, con la que aún no ha perdido un solo partido, y a la que ya clasificó con holgura al próximo Mundial de Alemania.
Como compañero de Ancelotti en el Milan de Oro, Van Basten también aprendió de la mentalidad y las ideas innovadoras de Arrigo Sacchi, por lo que una eventual llegada suya al banquillo se ve como un seguimiento al trabajo realizado por Ancelotti, aunque quizá con un ingrediente más ofensivo o de riesgo, porque así lo lleva Van Basten en la sangre.
Como técnico a sus 41 años, ha demostrado carácter al mantener su palabra de solo seleccionar a jugadores que pasen por un buen momento.
Por ahora, Van Basten ha dicho que no piensa romper su compromiso con la selección naranja, con la que tiene contrato hasta el 2008.
Frank Rijkaard
Ahora con 43 años, también fue parte esencial de la columna vertebral de ese Milan de Oro, se convierte en la otra gran opción. No porque sea holandés, sino porque viene de la misma generación de gloriosos.
Su primera aventura como técnico salió de la nada pues sin experiencia paso a comandar la selección naranja de cara a la Eurocopa 2000 donde fue co-anfitrión de certamen.
Después de caer eliminado por Italia en semifinales, Rijkaard dejó su puesto para un par de años después aceptar el reto del Sparta Rotterdam, sin embargo su intentó fracasó y en su primera temporada, el equipo descendió por primera vez en su historia.
Después de un inicio con mucho que desear, Rijkaard ha vivido sus mejores momentos como técnico en el Barcelona donde la temporada pasada logró el título de Liga y ser considerado el equipo que mejor fútbol desplegó a nivel mundial.
Hay que añadir a sus virtudes la capacidad para manejar un vestuario colmado de estrellas y la madurez con que ha aprendido a lidiar con la prensa, algo de suma importancia en el fútbol italiano.
Por sus características como jugador y por haber compartido el medio campo junto a Ancelotti, su visión táctica quizá sea la que más acerque a la del actual timonel rossonero.
Mauro Tassotti
Otro posible sucesor es Mauro Tassotti, quien no es recordado como un jugador muy técnico pero sí como uno de los de mayor tenacidad y disciplina en el campo.
Legendario socio de Baresi, Costacurta y Maldini con quienes hizo de la trampa del offside todo un arte.
La gran ventaja de Tassotti como posible técnico es su cercanía a la actualidad del equipo.
Desde su retiro en 1997, y después de 424 partidos con la camiseta rossonera, Mauro siempre ha estado presente, ya sea trabajando con las divisiones inferiores o en el banco como asistente.
Su caso me hace pensar que quizá su evolución haya sido planificada así: pulirlo como asistente en el banco mientras llega el momento de subir al primer equipo a esos jovencitos de las menores que él tan bien conoce.
Esos son a priori, quizá los nombres que más suenan como posibles candidatos, sin embargo, existen otros a los que hay que tomar en cuenta como Roberto Donadoni (actualmente de gran labor en Livorno) y el propio Paolo Maldini, quien posiblemente después de su retiro vaya a iniciar una nueva faceta en la dirección técnica.
Carlo Ancelotti sabe que su ciclo en el banco del Milan quizá esté cerca del final, lo único que podría demorar la cuenta regresiva es quedarse con un trofeo importante esta temporada.
En otras palabras, es más que una obligación terminar la campaña en la cima.
El objetivo es claro y el timonel tiene las herramientas a disposición, aunque no necesariamente tenga el control del destino en sus manos.
Mientras tanto, y aunque el patrón dice querer tener a Ancelotti en el banco de por vida, sabemos que sobre el escritorio de don Silvio yace una lista de candidatos –todos ellos menores que Carletto- con un par de apuntes y un número de teléfono al costado.
* Randall Álvarez, Serie A en ESPN.
