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Hernán Medford      Randall Álvarez      Paulo César Wanchope

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Concluidos los cuartos de final de la Champions League 05-06, el balance deja una triste realidad para el fútbol italiano: solamente un representante entre los últimos cuatro.

* Randall Álvarez, UEFA Champions League en ESPN.

https://espndeportes.espn.go.com/news/story?id=426189

 

Milan, con su dramática victoria “in extremis” sobre el Lyon se ha convertido en el equipo que últimamente saca la cara por Italia en las rectas finales de la Champions.

Desde hace unas cuatro temporadas que se ha notado el resurgimiento de los equipos italianos a nivel continental, el Milan es el equipo que mejor ha terminado en el máximo certamen de clubes.

En 2003, Juventus, Milan e Inter llegaron a cuartos de final, de donde Milan y Juve pasarían por semifinales rumbo a un duelo azzurro en la gran final de Manchester que terminaría ganando el equipo rossonero por penales.

Al año siguiente solamente hubo un italiano en cuartos…

Sí, el mismo Milan que sería eliminado en esas instancias por el Deportivo de La Coruña.

La temporada pasada nuevamente los tres gigantes de Italia llegaron a cuartos y luego a semis, de donde solo el Milan sacaría boleto hacia la final de Estambul, con el conocido histórico desenlace.

Y esta temporada, otra vez los mismos equipos marcharon hacia cuartos de final, para que ahora solo quede con vida en el certamen el cuadro rojo y negro de Milano.

El Milan es un equipo copero, de eso no hay duda, y esta vez lo ha vuelto a demostrar frente a un Lyon que venía invicto y como una de las revelaciones con posibilidad de sorprender hasta el final.

La hazaña del Milan no es más que el accionar de un campeón que sabe sacar pecho en momentos clave, cuando está contra la pared.

Quizás si hubiese empezado perdiendo el partido ante Liverpool en Estambul, la historia hubiese sido distinta...

Este Milan nos ha enseñado que por esa línea de pensamiento pasan muchos de sus logros.

Saber apretar el acelerador en el momento indicado es un arte que solo unos pocos equipos y técnicos saben manejar. Es algo que viene con la experiencia de jugar juntos por algún tiempo.

Como ejemplos podemos remontarnos a la ya mencionada temporada de 2002-2003 cuando en cuartos de final el Milan vivió una situación muy similar a la de esta vez: 0-0 en la ida frente al Ajax para cerrar en casa con un 3-2 enmarcado por el milagroso gol de Jon Dahl Tomasson ya sobre el tiempo reglamentario.

De forma parecida, la temporada pasada logró eliminar al PSV con un gol de visitante de Ambrosini, también ya sobre el minuto final.

Lo del martes confirma que en el fútbol hay que mantener la concentración durante todo el partido y que por lo general, el que mejor asimile ese concepto es el que llega más lejos.

En el camino ha quedado un Lyon que ha dado tanto de que hablar en las últimas cuatro campañas, cuando a base de un proyecto bien preparado por el antiguo técnico Paul Le Guen, el equipo llegó a merodear las semifinales de la Champions para una vez más quedarse en el umbral.

Hace un par de años cayó frente al eventual campeón Porto y el año pasado frente al PSV.

Ahora, cuando se esperaba que la madurez de un muy equilibrado equipo por fin diera frutos, apareció un viejo zorro de estos andares para quitarle la ilusión.

Pero el fútbol es así.

Lyon llegó a la ciudad de capital de la moda con la intención de lucir su mejor estilo, ese que lo había mantenido invicto en el torneo desde noviembre de 2004, y que lo había convertido en una amenaza en cualquier estadio pues traía una interesante racha de partidos a domicilio en los que siempre anotaba.

Un estilo que daba de que hablar, ordenado en defensa y con una chispa ofensiva distinta.

Pero más que los estilos, la mentalidad es factor más determinante en el deporte.

Si bien es cierto, el 3-1 no es fiel reflejo de lo sucedido en el césped del San Siro, sin embargo, la determinación y perseverancia que mostró el equipo de Ancelotti en los últimos 15 minutos del partido son los ingredientes que ganan encuentros (sino pregúntenle a aquel Manchester United del ’99).

El cuadro rossonero sacó provecho su experiencia.

El técnico Ancelotti apostó a ello, por eso optó por Pippo Inzaghi al lado de Shevchenko desde el inicio.

Dos goleadores de mil batallas: el primero con 55 goles a nivel europeo y el segundo no muy atrás con un total de 50 anotados antes del partido.

En el medio sector también se sintió la presión y quizás el que más sufrió fue el joven Kaká quien difícilmente apareció en el partido.

En cambio, el trotamundo múltiple ganador de este certamen, Clarence Seedorf, fue el más activo desde el inicio y marcó la pauta a seguir desde la medular.

En defensa el Milan a ratos presentó una inusual ineficiencia y desconcentración, propias eso sí, de un partido cargado de presión y ansiedad que por lo general genera errores y falta de comunicación entre el arquero y sus defensas.

Si bien Lyon perdonó una par de descuidos rossoneros en la primera media hora, aprovechó uno para anotar un gol que por gran parte del partido mantenía la llama de la ilusión encendida para los franceses, y que representó para los aficionados locales una razón para apoyar incondicionalmente a su equipo hasta el final.

Para los jugadores del Milan, ese gol representó la chispa que no los dejó bajar los brazos ni tirar la toalla.

Milan atacó y presionó, y encontró el momento ideal para hacerle daño al rival.

La inclusión de Maldini hacia el final no era para darle empuje ofensivo al equipo sino moral.

Había ingresado el líder del grupo y con ello un nuevo aire de esperanza y convicción.

Funcionaron las cartas de Ancelotti.

El Lyon se mantuvo fiel a su estilo durante casi todo el partido pero se descuidó quizás pensando más en la celebración que en los dos minutos que quedaban y cedió ante la presión del momento.

El resto es historia, el Milan vacunó con dos goles que no necesariamente cuentan la historia del partido pero que sí representan la determinación de un grupo comprometido a saldar la cuenta pendiente de la temporada pasada.

El Milan tiene pocas opciones de ganar el Scudetto en serie A, sin embargo, con esta tercera vez en cuatro años que llega a semifinales, debe estar contento de ser el equipo que una vez más saca la cara por el fútbol italiano en el más prestigioso torneo de clubes.

 

* Randall Álvarez, UEFA Champions League en ESPN.

https://espndeportes.espn.go.com/news/story?id=426189

 

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